martes, 3 de noviembre de 2009

El Dedo Pulgar

"Cuando estudiaba en la Universidad _______ un día nos llevaron todos al
Hospital Psiquiátrico Larco Herrera. Todo estábamos muy emocionados porque era
nuestra primera vez tratando con gente de verdad. Hasta ese momento, solo
habíamos estudiado enfermos mentales imaginarios con nombres que no existían y
mentes dibujadas que cambiábamos a nuestro antojo. Pero eso se había terminado
por fin.
En nuestro primer día conocí a un enfermero que fue mi guía y me
dijo el nombre y los problemas de muchos de los hombres y mujeres que se
encontraban en aquel sitio."

"Al poco tiempo, conocí al señor ___ y fue uno de los tantos enfermos que me interesó profundamente. Era un hombre de no mucha edad, era extremadamente culto. Me podía decir nombres de compositores, científicos e historiadores con una facilidad que nunca había visto antes. Me pareció una persona muy cuerda como para estar en aquel sitio, entonces fue cuando le pregunté a mi enfermero-guía qué problema tenía el señor ____.
-Pregúntale donde está su dedo pulgar- me dijo.
Y yo hice lo que me pidió.
El señor ___ me miró fijamente y con su mano izquierda, se cubrió el dedo pulgar y luego su mirada se tornó triste. "Mi dedo pulgar se perdió" me dijo "No se donde está... ¿Tú lo has visto? No lo se, no lo se" decía una y otra vez.
Cuando intenté decirle que lo estaba ocultando, el hombre entró en una psicosis tan fuerte que lo retiraron del lugar a la fuerza y me quedé desconcertado a la mitad de la sala de estar, con mi enfermero-guía dándome palmadas en la espalda"

Después de aquella experiencia me dijeron que ningún doctor podía averiguar cual era el malestar mental de aquel hombre, pero era evidente que estaba mal. A parte de aquello, concluí que así como el señor _____ nosotros también nos comportamos de la misma manera.
Tenemos la verdad, todo lo que buscamos, frente a nosotros y sabemos que esta allí.
Pero la ocultamos sin darnos cuenta y luego preguntamos donde está.
Inconscientemente, ocultamos nuestro dedo pulgar con la otra mano y actuamos de la misma forma que el señor ______ y hasta algunas veces, logramos enterrarlo debajo de la tierra con tal de decir que se ha perdido.
Sí... la verdad esta allí.
Oculta por sus propios indagadores..."

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