Esa es la verdad. La maldita e hiriente verdad que he intentado de ocultar con un velo de ingenuidad todo este tiempo. ¿Y porqué? Porque me ha faltado crecer, crecer y tomarme unos quince minutos para pensar en qué demonios estoy haciendo.
¿La Vèrité Rouge? Esa es la historia verdadera, lo que pasó conmigo y te diré algo, quizás no me haya muerto desangrada pero sí continúo en pleno proceso de cicatrización.
Ya no vale la pena decir absolutamente nada porque ayer me desahogué sin ayuda de nadie salvo una amiga que siempre está ahí.
Ya olvídalo.
Siempre voy a decir que te olvides de todo.
Pero nunca sabré si de verdad me haces caso.
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