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sábado, 10 de abril de 2010

TRANSLADO

Por razones de tiempo y espacio, el blog Imágenes Cristalinas
será suspendido hasta nuevo aviso y cualquier clase de texto, fotografía,
insulto, locura, poema, tontería etc; será colgado en la Noche de Cristal.
Gracias por su compresión.
Son definitivamente, lo mejor.
Abrazos Bohemios
Requiem.

domingo, 28 de febrero de 2010

Cierre Temporal

Como sabrán, mañana 1 de Marzo la mayor parte de alumnos peruanos regresan al colegio y entre esa enorme masa de niños y jóvenes me encuentro yo. No se si seguiré escribiendo con la misma facilidad de antes, si podré contarles todo lo que ocurre en el colegio, los cambios que pueden ser tanto positivos como basuras y benignos como malignos.
Si ésta es una despedida de verdad lo siento.
Si logro entrar, probablemente cuelgue cosas en mi Noche de Cristal, siempre he creído que tengo éste lugar un poco (o muy) abandonado.
Mis mejores deseos, si mañana tú también comienzas clases, por favor se fuerte... vamos a superarlo.
Gracias por leer las confesiones de una demente.
No hagan maldades...
Bueno, dos a la semana no es demasiado ¿O si?
Abrazos Bohemios
& Besos Negros
Req.

domingo, 21 de febrero de 2010

Los Ángeles No Aman Demonios

Si yo rompo, tu arreglas. Si yo golpeo, tu haces cosquillas. Cuando yo apago, tu prendes. Cuando yo hiero, tu cicatrizas. Cuando yo cierro, tu abres. Cuando yo cuelgo, tu contestas. Cuando yo maldigo, tu bendices. Cuando yo hago bulla, tu haces música. Cuando yo me largo, tu te quedas. Si yo tengo sexo, tu haces el amor. Si yo soy frío, tu eres tibia. Si yo me embriago, tu sientes la esencia del licor. Si yo dejo todo al abandono, tu continúas.
Los ángeles no aman demonios.
Y es algo que nunca lograste entender.
Quizás es por eso que me sentía culpable cuando hablaba contigo, cuando estaba a tu lado, cuando me apoyaba en tu hombro y en tus brazos para poder oler un poco de esa fragancia angelical, para poder recordarla por una semana más... y así sobrevivir.
Y cuando no estabas ahí era igual a la muerte. Yo que he sido siempre una persona tan falta de energía, de vida y de bondad, sentía que por fin había llegado la hora de vivir el averno de donde vengo... y era una tortura, doloroso. Yo te extrañaba, esa sensación de vacío, de estar suspendido en el aire y todo lo demás... Extrañarte, es igual a morir.
Pero tú...
Tú eras demasiado especial, demasiado cruel contigo misma. Sabiendo de lo nocivo de mi presencia, lo tóxico que era para ti tu continuabas a mi lado, dándome esperanza, palabras de aliento y cosas que según tu podían funcionar. La pequeña sonrisa y los ojos llenos de vida, siempre presentes en las interminables noches donde me observabas llorar y renegar amargamente de todo lo que me rodeaba, de empapar tu hombro con mis lágrimas que te quemaban, de apretar de forma feroz tus débiles brazos hasta que te dolía, te marcaba, más nunca me dijiste que parase.
Nunca pronunciaste ese "Detente, si me quieres, si sientes algo por mí por favor ya basta". Ni siquiera esas veces donde te abrazaba hasta casi asfixiarte porque no me quería separar de tu lado, cuando hería tus blancas muñecas cuando mi deseo era incontrolable y luego, con la mirada baja... pedirte perdón y odiar el momento en que aceptabas las disculpas.
¿Nunca te cansaste de mí?
¿Nunca quisiste irte y olvidarte del dolor que te causaba?
Todo fue igual hasta que mi maldad te mató. Enfermaste, nadie sabía qué tenías ni cómo se curaba pero te estabas muriendo frente mío, no sabía como cuidarte, no sabía qué lo adecuado y lo incorrecto pero me quedé a tu lado.
Hasta que te fuiste.
Y se que yo tuve la culpa, porque mi maldad era nociva, tóxica para ella y a pesar de todo nunca me alejé y ella nunca se fue.
Esto nunca debió de pasar...
Y ahora yo perezco en las sombras.


lunes, 15 de febrero de 2010

Eu Sei Que Vou Te Amar [ Filmado por Requiem ]

Éste es un video que terminé de elaborar hoy día.
De repente ésto de filmar me parece muy entretenido.
Espero que lo disfruten.
No será el último.
Confíen en mí.

domingo, 14 de febrero de 2010

Domingo 14 de Febrero

Globos rojos en forma de corazón por todos los lados. Los hoteles están completamente llenos, los cines reventando, la televisión repleta de comedias románticas y por otro lado esta la gente como yo, que pasará un domingo 14 de febrero completamente en paz, haciendo lo mismo que cualquier otra clase de domingo.
Disculpen si suena así de "aguafiestas" pero honestamente después de tantos años éste día dejó de ser al importante. Puede ser porque no quiero considerar el día de la amistad, aquello puede ser cualquier clase de día, no solamente hoy tenemos que decirle a todos que les deseamos lo mejor y que sean felices.
También puede ser como Iolanthe me dijo "Es solo una excusa para irse al hotel"y a veces me pongo a reflexionar y me doy cuenta que puede ser muy cierto.
Sea cual sea el caso solo venía para decirles que pasen un domingo tranquilo,
Abrazos ♫

viernes, 12 de febrero de 2010

Ella - Él = Imperfección & Caos

[ No hay lugar para mí esta ocasión
En tu intriga y decepción.
Tiendes a solo corromper la pasión
Por eso... solo te aguanto Yo ♫ ]




Ella sabía salir de compras. Sabía sonreír frente a la cámara y deslumbrar con sus dientes blancos. sabía llorar en las comedias románticas. Sabía correr en las escenas sangrientas. Sabía escuchar música de moda. Sabía usar ropa de colores. Sabía dibujar mariposas. Sabía oler flores por la mañana. Sabía llamar a sus amigos por sus cumpleaños. Sabía pintarse los labios de carmesí. Sabía abrazar a sus compañeros de clase. Sabía entender los problemas. Sabía compartir sentimientos. Sabía cómo era dar un beso. Sabía lo que era tener una mejor amiga. Sabía nada de política. Sabía lo suficiente de la realidad del mundo. Sabía cuidar lo que comía. Sabía limpiar sus gafas rosadas Sabía usar lentes de contacto. Sabía superar las tristezas. Sabía lo que era tener una infancia. Sabía lo que era recibir llamadas en San Valentín. Sabía admirar a los chicos de las revistas. Sabía reírse a carcajadas. Sabía enamorarse. Sabía peinarse correctamente. Sabía combinar la ropa. Sabía comer caramelos. Sabía tomarse fotos en ángulos perfectos. Sabía llorar como una niña. Sabía hacer tonterías. Sabía casi nada de odiar. Sabía mucho de amar.

Él sabía salir de casa. Sabía amanecerse. Sabía despertar y olvidar el sueño. Sabía de personajes desconocidos. Sabía criticar al Estado de su país. Sabía aconsejar cuando estaba inspirado. Sabía lo que era estudiar. Sabía lo que era dormir. Sabía lo que era sentir celos. Sabía embriagarse. Sabía estar en discusiones controversiales. Sabía aburrirse. Sabía carcajearse con disimulo. Sabía hacer amigos. Sabía nada de hacer enemigos. Sabía llorar sin hacer escándalo. Sabía ser un buen amigo. Sabía estar en desacuerdo. Sabía sentirse feliz. Sabía tomar sol. Sabía ser cruel. Sabía ser sarcástico. Sabía bromas inocentes. Sabía defenderse. Sabía quejarse. Sabía suspirar. Sabía leer. Sabía escribir. Sabía asustarse. Sabía mucho de ser ateo. Sabía nada del amor. Sabía aborrecer San Valentín. Sabía no disfrutar las festividades. Sabía no regalarle nada a nadie. Sabía ser imputual. Sabía ser malvado. Sabía peinarse. Sabía corromper el amor .Sabía arruinar los buenos momentos. Sabía tomarse fotos y salir mal. Sabía dar mucho apoyo. Sabía lo que había en el mundo. Sabía sentir un poco de amor. Sabía enfermarse por éste. Sabía curarse. Sabía levantarse. Sabía herir. Sabía empujar.
Ella y él se conocieron un día y supieron que las cosas habían cambiado.
Porque cuando estaban juntos era como morir.
Cuando estaban uno al lado del otro existía el caos.
Pero también existía la perfección.
Y aunque el destruyera todo lo que tocara y ella se destruyera con todo lo que la tocaba...
Las cosas fueron bien.
Hasta que llegó el final de la función.
Entonces fue cuando nada...
NADA
Volvió a ser como antes.

domingo, 7 de febrero de 2010

Vodka

Encuentre más testimonios adolescentes en Adolescencia Real
"Hace un par de meses se celebró el quincianero de una amiga del colegio. Ella conoce a muchas personas porque está en muchos talleres, de danza, de teatro, de idiomas... entonces todos los chicos estábamos emocionados porque podíamos conocer a muchas personas.
Normalmente ya no se llevan regalos a los quincianeros pero yo siempre llevo algo, en casa me enseñaron que es muy descortés presentarte con las manos vacías.

Sea como sea, la noche del quincianero fui con unos tres amigos desde mi casa hasta el gran salón del club de nuestra amiga. Cuando llegamos eran las diez de la noche y ya habían demasiadas personas. Tal como nos lo imaginamos, el 50% se nos hacía familiar y los demás no teníamos la menor idea de quienes eran.
No soy mucho de bailar, tampoco de fumar, pero si me gusta tomarme unos tragos durante las reuniones, así que me senté con mi amigo a tomar unas cervezas mientras todos estaban bailando. Durante las siguientes dos horas (que no sentí pasar) sacamos a bailar a varias chicas y uno de mis amigos que en ese momento recién llegaba me dijo que iba a "sacarle plan" a una chica de vestido rojo que estaba al otro lado de la habitación. Lo acompañé para darle valor.
Vi que le invitó un trago de color rojo que al parecer era Vodka con jugo de frutas. No me pareció extraño... hasta que vi que mi amigo ponía una pastilla pequeña de color azul en la bebida de la chica sin que ella se diera cuenta. Me adelanté y de la forma más disimulada posible, hice que el vaso se rompiera antes que ella pudiera tomarlo. Mi amigo se molestó increíblemente conmigo y pasó semanas sin hablarme después del incidente.
Yo sabía para qué eran esas pastillas y ahora solo se que él es un estúpido por haber sido capaz de algo así. La chica nunca se enteró de nada pero eso no me importa.
Solo se que esa noche impedí que algo malo pasara"

lunes, 1 de febrero de 2010

Paula

¿Por qué me duele mirarte, Paula? ¿Por qué tienes que ser así? Y aunque se que nunca me vas a responder, siempre voy a preguntarte una serie de cosas que detestas. Y lo se porque estás acostumbrada a otra clase de hombre.
No soy el único que lo sabe, lo aprendí, tragándome la información de una manera dolorosa y nunca te diste cuenta. Cuando estaba ciego te llamaba ángel, te llamaba diosa, te llamaba musa y mi poesía, mi todo.
Sigues siendo mi todo, Paula.
Pero de ángel no te queda ni una pluma, de diosa no te queda ninguna luz y musa... musa sigues siendo.
Paula la bella.
Paula mi hermosa.
Paula, la puta perfecta.
Cómo no pensar en tí con tu traje de pagana, de infame pecadora que hasta Dios te debe de odiar y el diablo fantasear contigo. Fantasear con tu anatomía perfecta, tu cuerpo que es una maldición encarnada y que hace que mi cerebro explote, que mis hormonas se quemen vivas y que mis noches de insomnio duren más de lo que usualmente duran.
Todo Lima te codicia, Paula mía. Cada policía que te ve caminar y te dice buenos días, cada ejecutivo que te come viva por detrás de sus gafas negras, cada universitario con los horarios estrujados y la cabeza explotando de fantasías sexuales contigo, cada viejo de traje elegante.
Y entre esa multitud de hombros creativos, de depravados, de santos reprimidos... me encuentro yo. Tu espectador más fiel, tu consuelo, tu juguete favorito.
Porque vienes y me miras con tus ojos ardientes de gata en celo, tu cabello aromático y adictivo como el licor, tu cuerpo voluminoso, curvo... tentación pura.
En el fondo eres solo una niña, Paula, hermosa mujer. Mujer fatal. MI mujer fatal.
Pero quizás todo esto si tiene un problema.
Nadie sabe tu secreto ¿Verdad, Paula mía?
Que cuando aún vivías en una infancia incompleta te gustaban los camiones.
Jugar al fútbol con el alcohólico de tu padre y proteger a tu hermana menor que murió de leucemia antes de llegar a la adolescencia.
Escupías porque tu papá te obligaba.
Usabas pantalones, jugabas a los Power Rangers y mirabas fútbol aunque lo odiabas con todo tu alma. Querías los vestidos de tu hermana, sus ganchos, sus muñecas...
Esos días en los que meabas de pie.
Yo te conozco Paula.
Por eso me duele mirarte.
Por eso tienes que ser así.

sábado, 16 de enero de 2010

Miraflores

Había recibido señales de vida. Las señales que necesitaba. Las luces amarillas ya no me queman los ojos como cuando era chiquita, los adoquines del suelo se ven perfectos bajo éstas y el Parque Kennedy solo me da ideas que quizás debería de dejar.
Pero soy feliz porque me he quedado sin vacío interior.
Podría ir a Manolo's y comprarme unos churros rellenos de manjar blanco, imaginar que puedo comprarte algunos, quizás un café, quizás solo quedarnos viendo la vitrina porque no tenemos para pagarnos un lonche en ese momento.
Entonces ¿Podemos ir a Crisol un momento? Ya se que tampoco tenemos dinero para comprar algo ahí y además las novelas buenas son escasas, pero quiero entrar de sapa y después nos vamos. Ya hace frío... pero no, no me prestes tu casaca luego te resfrías.

A tres cuadras había otra tienda de libros y nos metimos sin pensarlo. A los minutos saliste pero yo me quedé... al fondo, en el estante que nadie visita había un libro que parecía que podía llamarte la atención.
Entonces fue cuando lo robé y días después te lo regalé en un papel azul con gris que siempre me hace sonreír sin razón aparente. Es solo papel de regalo. Es solo... un regalo que robé para ti.
Cayó el 15 de Febrero y me diste un regalo también. Fue un momento extraño... no solemos regalarnos cosas... por lo menos no ahora.
Y era un anillo muy bonito, me gustaba bastante. Te di las gracias, un beso en la mejilla y después solo fue un "Buenas noches, hablamos mañana".
En la tarde del día siguiente terminé de almorzar y la policía llegó a mi puerta diciendo que habían descubierto que yo había robado un libro hacía ya tiempo.
Me llevaron a la comisaría y me metí en problemas.
Decidí llamarte... fue lo primero que se me ocurrió.
No contestabas.
A la mitad del silencio de la sala de interrogación decidí gritar tu nombre y me respondiste. Pensé que alucinaba pero si me respondiste. Me pegué al frío muro de ladrillo mientras seguía llamándote y descubrí que estabas en la sala del lado.
Vino un policía y le pregunté qué había hecho el chico de la sala de al lado.
-Se robó un anillo- me respondió algo fastidiado -Solo un anillo.
Se quedó perplejo cuando me vio llorar de repente.
Y entre mis pequeñas lágrimas me olvidé de donde estaba y de lo que había hecho.
Había recibido señales de vida.
Las señales que necesitaba.

viernes, 8 de enero de 2010

Sigues Aquí

No puedo creer que te hayas ido. Quizás aún no logro superar del todo lo que ha ocurrido, pero solamente han pasado dos semanas. ¿De verdad crees que dos semanas es suficiente tiempo? ¿Eso es lo que crees?
Parecía ayer cuando todavía podía acompañarte en tu habitación de hospital. Podía cogerte de tu fría y cicatrizada mano y hablar durante horas enteras sin parar. Verte sonreír... eso es lo único que pido ahora.
Podías sentarte en tu silla de ruedas y podía sacarte a tomar un poco de aire al jardín, podía besar tus frías mejillas y me mirabas con tus ojos oscuros que resaltaban en tu palidez. Entonces era cuando yo lloraba. Me pedías que me detuviese, porque ya no valía la pena llorar... y mírame ahora.
No paso una noche sin recordar tu sonrisa chueca, tus cejas que ya ni se notaban y tu cabeza que se había quedado sin cabello alguno. Siempre olías dulce, una mezcla de tu colonia favorita junto con un aroma a hospital.
¿Dos semanas? Ya han pasado dos semanas y no puedo seguir en este lugar.
Quiero que estés aquí. Quiero tomar un té contigo en la cafetería del hospital, quiero acompañarte a tus sesiones y abrazar tu frágil cuerpo, aunque siempre temía que fueses a quebrarte en cualquier momento.
Quiero que seques mis lágrimas con tus dedos blancos, que intentes cantar conmigo otra vez y te rías de los chistes malos de la televisión.
Yo nunca pensé que podías llegar a ser tan importante en mi vida y terminaste siendo un pedazo de ella y ahora no puedo ignorar que no estás.
¿Quieres que lo diga? Esta bien. Yo te amé, te amo y te amaré por siempre porque te amarraste a mi espíritu con cuerdas que NADIE va a romper nunca.
Si supieras lo feliz que me has hecho...
Me duele que te hayas ido... pero me alegra haber pasado los últimos minutos a tu lado. Faltaba poco para el atardecer y me fui a casa después de besarte y decirte "Duerme bien".
No olvidaré la llamada que recibí esa madrugada, donde tu madre me avisó que te habías ido a un lugar mucho mejor.
Te moriste, Pierce.
Te moriste y no me llevaste contigo. Me dejaste con tu silla de ruedas vacía, con tu cama de hospital fría, con una fotografía tuya en un cuadro de oro en mi habitación y decenas más de nosotros juntos.
¿Dos semanas? Dos semanas no me bastan.
Ni tampoco dos años, ni dos siglos ni dos milenios...
¿Por qué te fuiste Pierce?
Siempre he querido saber porqué te alejaron de mí...
Y me dejaron con recuerdos en ésta soledad.
Te amo Pierce.
Siempre te voy a amar..."

lunes, 4 de enero de 2010

Saludo

Hacía mucho tiempo que no me la pasaba por aquí. Quizás sea porque paso mas tiempo mi hija predilecta (Noche De Cristal) pero procuraré tratar de estar aquí también.
Perdón si alguna vez te dejé a un lado.
He regresado.
¿Me das una sonrisa?



Feliz Año Nuevo

sábado, 26 de diciembre de 2009

Mörder

Fecha Original: Miércoles 15 de Julio. 2009




Vio a su alrededor. Olía a azúcar y perfume francés.
Criaturas de cuerpos menudos, descanzando sobre lechos delicados.
Con la piel casi transparente, inaudibles mientras dormían.
De labios sellados y mortales, de manos suaves e inmóviles.
Como princesas de cristal coloreado, hundidas en un lugar tan triste.
Una de ellas abrió sus ojos, mostrando dos brillantes lagunas de brea.
Se acercó, casi flotando hasta el hombre que la observaba, petrificado.
Lo rodeó y le tocó una mejilla con su fría y suave mano.
Esbozó una sonrisa que hizo juego con la sorpresa del extraño.
Paseó su cuerpo de sirena oscura, dando vueltas al rededor de él.
Comenzó a reírse y las demás criaturas se levantaron, flotando sobre la superficie.
Como sábanas blancas, se acercaron al hombre y le acariciaban.
Se reían, niñas curiosas. Sus cabellos que olían a flores embriagaban.
Sus voces melodiosas que no decían casi nada eran música a los oídos del hombre.
Y una de ellas se acercó, mucho más que sus compañeras.
Le dejó un rastro de su frío y dulzón aliento en el rostro del extraño, sonriendo.
Una de sus manos se transformó en una filuda garra.
Tocó el vientre del hombre, atravesándolo con sus afiladas uñas negras.
El cuerpo inerte del desafortunado cayó en el suelo.
Sonriendo, las pequeñas criaturas se agacharon.
Y usando sus garras y dientes ocultos y puntiagudos
Se alimentaron de él.

Navidad de Lata

Los locales ya iban cerrando sus puertas. Los letreros de Neón se apagaron y las personas salían apresuradas de todos los lugares. Era fácil de entender... esa noche era Navidad. Una ráfaga de viento le enfrió hasta los huesos, atravesando el elegante pero barato vestido oscuro.
Lo que sea... nada era distinto en Navidad. Bueno... la Navidad que llegaría dentro de unos minutos sí que iba a ser distinta y mucho, por cierto. Dos meses después de la Nochebuena había escapado de casa. Ni tanto haberse escapado, solo comenzó a gritar a todo el mundo hasta que dijo "Los odio" mientras lloraba y desapareció de la vida de su madre y de toda su familia para siempre.
De seguro hasta ahora la recordaban... pero a Ana solo le dolía recordar la escena. El rostro desencajado de su madre, los gritos de su desagradable tía Sofía diciendo una y otra vez que todas eran calumnias...
Que Paulie, su padrastro nunca había tocado de una manera perversa a su propia hijastra. Ella lo recordaba, comenzaba con los hombros, luego más allá... más aquí... "No te pongas así... solo sabes que te quiero bastante..."


-Oye, Ana ¿Despiertas? Carajo, faltan horas para la Navidad y ya te nos pierdes- dijo una voz familiar y atrevida.

Ana levantó la cabeza para ver a Paula y ésta le dedico una sonrisa algo fingida. Traía una lata de cerveza en la mano y el bolso en el hombro.


-Vamos a tomar una sopa, ya hace frío y no te dejaré pasar la Navidad sola, pendeja. ¿Vamos?
-Pago la mitad.
-No me jodas.


Entraron a un bar que estaba a unas cuadras de distancia, allí por las calles solitarias. Unos tipos pasaron y silbaron a Paula pero ella no estaba para trabajar. "No pienso en negocios ahora" dijo riendo "Primero quiero una Navidad tranquila".
Y pidieron una sopa que estaba deliciosa. Mientras Ana daba la última cucharada se imaginó a su madre, mirando a través del cristal como ella lo hacía ahora, quizás pensando en la primera noche que ambas pasaban tan separadas.

Navidad: Acústica

Faltaban unas horas para Navidad. Naivete le había dicho la noche anterior que quizás todos podríamos sobrevivir a las fiestas en esta oportunidad. Sobrevivir a la cena, sobrevivir a los regalos y al resfriado.
Quizás también a los vecinos ebrios, a las botellas rotas y las ratas blancas que venden en la esquina. Ni siquiera es como año nuevo donde nos podemos embriagar y simplemente olvidarnos del lugar en donde estamos.
Emily dejó de mover las manos y miró hacia su alrededor. Había estado tocando Your Ghost de Damien Rice una y otra vez... sin darse cuenta, había pasado horas encerrada en su habitación. Era la noche Navideña y estaba encerrada con su guitarra, el violín apoyado contra la pared y el piano arrinconado, llamándola con sus viejas pero bellas teclas.
Afuera todo el mundo abría sus regalos, en cualquier momento la irían a buscar.
Nadie debe de estar solo en Navidad... aparentemente.
Se sentó en la pequeña silla frente al viejo piano y comenzó a acariciar las teclas. Mientras recordaba las notas de su partitura de Silent Night, desde la sala escuchaba a todos riendo y el sonido del papel siendo rasgado por sus primos y sus sobrinas, sus padres y sus hermanos.
De seguro sus regalos estaban tirados debajo del árbol. Emily rezaba para que nadie se acordara que estaba encerrada, ni que existía ni que era Navidad ni que el materialismo jodía toda las fiestas, sin importar cual. Hasta en Semana Santa la gente solo quería comer canchita fuera de las iglesias...
Un golpe estrepitoso interrumpió la paz de la habitación.

-Oye ¿Que tienes? ¿Por qué no sales? Te advierto que no comiences a joder, es Navidad y lo último que necesitamos es que comiences con tus escenas. Ya sal... AHORA.

La madre de Emily se retiró y ella se dio cuenta que había estado tocando Silent Night todo el rato. La simple versión de Franz Xaver Gruber.
Mirando sus manos encima del teclado se despidió de su habitación llena de instrumentos con una gran angustia en el alma.
Ya era hora de enfrentar la Navidad.
No podía ocultarse toda la noche...



Messo Piano
Do - Sol - Mi - Sol - Fa - Sol -Do

martes, 8 de diciembre de 2009

The Frame

A las once de la noche en punto nos esperaba el convertible afuera. La casa estaba inundada de perfume, olor a esmalte de uñas y crema para el pelo. La sala era un desorden total, una montaña descomunal de prendas coloridas, zapatos nuevos y viejos y bolsos que eran copias de los originales.
Nina me esperaba en la puerta, diciendo que se nos hacía tarde. Salí con el vestido negro favorito, con el perfume de manzana con pera y los tacones que me habían dado para navidad.
Estaba en la puerta del taxi, con el vestido corto azul eléctrico y sus lentes de contacto grises que la hacían ver tan hipnótica, más que de costumbre.

Nos subimos riendo al auto y partimos hacia la discoteca. La media hora de camino pareció quince minutos con la música a todo volumen, el cabello hacia el aire y las luces de la ciudad más despierta que nunca.

Entramos por la luminosa puerta y adentro el ruido ensordecedor fue mágico. Nos acercamos a la barra matándonos de la risa sin razón aparente. Nina le pidió unos vodkas con jugo de frutas al cantinero que usaba unos lentes demasiado vistosos. Brindamos entre risas y malas palabras para luego vaciar los vasos de un trago corto.
Antes de darme cuenta ya eran las dos de la madrugada.
Encima de la barra yacían más de cinco copas de vodka con jugo de frutas marcados por lápices
labiales que ¡Oh sorpresa! Nos pertenecieron desde el inicio.
A Nina se le perdió el celular y yo casi me caigo en plena pista. Las luces me cegaban y un tipo pasó cerca mío, me dijo "Cuidado muñeca, que el piso está de colores" en un tono muy vago y se fue, escabulliéndose entre la multitud que saltaba, gritaba, derramaba sus licores y fumaba con desesperación.
No se cuanto tiempo pasó, pero solo podía ver colores por todos lados y una mancha azul eléctrico que era Nina que no paraba de parlotear y coger sus vodkas con jugo de frutas para tomarlos como si fueran agua.
Sentía un par de manos en mi cintura y giré.
Olía a colonia.
Todo terminó.
Me desperté usando el mismo vestido de siempre, con el cabello enmarañado y aún oliendo a perfume de manzana con pera y vodka con jugo.
Me giré, con el cuerpo adolorido y el rostro iluminado por un leve rayo de luz.
Nina estaba con un tazón de cereal y su pijama encima de la cama, mirando las noticias de aquel domingo por la mañana.


-Va.. por fin despiertas. ¿Quieres yogurt de vainilla?

Ha sido otro sábado psicodélico. Otro sábado de luces. Ha sido otro día increíble que pasó volando, entre copas, cigarros y pisos llenos de luces.
Otro día donde termino durmiendo el asiento de copiloto del auto de Nina.
Oh vaya... hay cosas que nunca van a cambiar.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Vérité Rouge [ La Historia ]

"Había una vez un ser muy extraño que la verdad es que ni si quiera se como llamarlo. Era pequeña pero al mismo tiempo grande, era joven pero podía ser anciana cuando quisiese. Vivía muy lejos en un lugar que nunca vas a encontrar y soñaba con cosas que en fin... seguían siendo vanas cosas.
Una tarde estaba caminando por un jardín descomunalmente grande, quizás demasiado para ella. Comenzó a llover y tuvo que esconderse de alguna manera, de lo contrario los gruesos lagrimones del cielo la iban a matar.

Entonces encontró refugio debajo de los pétalos de una rosa enorme, roja y bellísima. La admiró demasiado y descubrió que el alma de aquella flor era muy bondadosa. Era un espíritu que habitaba ahí era difícil de entender pero que a ella le parecía muy fascinante.

Pasó las tardes de invierno en su regazo, apoyada en el tallo y respirando la suave fragancia de aquella rosa tan especial. El espíritu siempre le contaba historias, anécdotas y le arrullaba por las noches cuando los truenos eran demasiado fuertes.
El tiempo pasó y la rosa seguía en pie con el espíritu viviendo dentro. Una de esas mañanas soleadas el espíritu llamó al ser y con su voz tierna le dijo:

-Sube y ven a verme. Quiero que sepas la verdad.
Ella lo escuchó y sonriente se dispuso a subir por el tallo de la rosa, entusiasmada por conocer la vedad sobre el bondadoso espíritu que amaba tanto.
Lo intentó y antes de llegar a la mitad del tallo, a solo una corta distancia de la flor en sí, una de las espinas le rozó el cuerpo que era tan diminuto que cayó al suelo, moribundo.
Desangrándose, ella ser trató de sonreír.
Iba a morirse pero bueno... por fin... había averiguado la verdad"

viernes, 4 de diciembre de 2009

Clío


- Prometí dejar de malograr las cosas ¿Te das cuenta lo que pasó? Hubiera sido mejor no haber prometido nada.

- Ya deja de preocuparte. ¿Así es la vida no?

- No. Así no se supone que debe de ser. Ahora todo es satírico y hasta suicida ¿Te das cuenta de...?

- Ya te entendí. Respira ¿Si? Veamos... ¿Todo mejor?

- No.

- Vaya ¿Pero así de malo es?

- Sí.

- Bueno yo te dije que algún día sucedería lo más inesperado.

- Annice también decía que sucedería algún día. Pero que tontería es todo esto.

- Sige respirando. Solo procura no golpearte la cabeza contra ningún muro.

- ¿Por qué?

- Porque escribes bonito y te necesito sin amnesia. Hey, mañana es un día nuevo ¿No?

- Ojala, Clío. Ojalá...

The Ending

Gracias a todos por haberme apoyado tanto durante el concurso. Bueno sí... gane el premio y la verdad es que me agarró totalmente de sorpresa.
No quiero ser tan extensa, aunque tengo muchas cosas que decir.
Gracias a todos... de verdad. A mis padres y a todos mis amigos que me han estado apoyando durante estos ultimos dos meses. Honestamente han sido de muchísima ayuda.
Gracias mamá.
Gracias Nemesis.
Gracias Raxel.
Gracias Clío.
Gracias DobleA.
Gracias Moonlight Price.

Gracias a todos

sábado, 14 de noviembre de 2009

Inconscientemente: Seducción

Sin razón aparente, habíamos pasado tres minutos hablando, tirados en el piso uno al lado del otro mirando hacia el techo. Quizás era algo extraño ya que no solíamos tener un gran tema de conversación, pero igual nos estábamos divirtiendo.
Me cansé de mirar hacia la apagada lámpara que llevaba años en mi techo y te miré para ver si podía averiguar algo de lo que pensabas.
Tu giraste al mismo tiempo y observé que tu mirada cambiaba de dirección en una fracción de segundo, bajando lentamente hacia un punto en especial que era parte de mí.
No me gustó lo que te llamó la atención.
Me apoyé en mi brazo y me levanté un poco. Te miré fijamente con una sensación de escalofríos en la espalda.

-Basta- dije seriamente.
Sonreíste, como si estuviésemos jugando.
-¿Que pasa?
-¿Como que qué pasa? Te he visto ¿Si? No lo vuelvas a hacer.

Te quedaste en silencio unos momentos y luego soltaste una carcajada.
Quise insultarte mentalmente, pero me contuve.

-No pensé que lo notarías.
-Pues te voy avisando que yo noto todo.
-No me eches la culpa de eso. También soy un hombre ¿Lo sabías?
-No.


Tu mirada se volvió una imagen congelada que no te hizo gracia lo que dije. Y a mi tampoco. Ese "No" fue prácticamente un escupitajo. No quise decirlo, pero me sonreí. Al momento, lo hiciste también.

-Pues entonces ¿Puedes dejar de ser TAN hombre por solo unos minutos?
-No sé si podré hacerlo. Una vez que algo se prueba y a uno le gusta, es difícil dejarlo.
-Mejor te callas. Me estás asustando.
-¿Que te asusta?
-¿Que crees? Me asusta el que está que dice bobadas tirado en el suelo a mi lado.
-¿Entonces porqué no te paras y te vas? Sé que no quieres irte. ¿No es así?
-No comiences son tu psicología inversa. No funciona. Y en serio, ya cállate.

Sonreíste de nuevo y tu mirada tuvo un brillo extraño y escalofriante. Retrocedí un poco con ayuda de mis manos.
Hubo una expresión sarcástica de pena en tu rostro.

-Oh claro ¿Y ahora te alejas?
-¿Tienes que cuestionar cada cosa que hago? Mejor te pregunto que quieres que haga. ¿Permiso para moverme?
-Insinúas quieres ser mi esclava por un día. Esa idea me gusta.
-Gracias. Prefiero que me den un tiro.

Otra carcajada inundó la casa vacía.

-Está bien, está bien, trataré de no ser TAN hombre. Pero te aseguro que no durará mucho. De todos modos... no me arrepiento.
-No en serio. Lo digo muy en serio, más te vale callarte, no quiero escuchar tus comentarios de depravado.
-¿Depravado? ¡Ja! ¿Ahora yo soy un depravado?
-No me hagas recordarte porqué te lo digo.
-Esta bien no lo haré. A este paso, nuestras conversaciones van a llegar a otro nivel.
Fruncí el ceño.
-Créeeme, no van a llegar a ninguna clase de nivel. Yo te lo aseguro.
-Nunca sabes cuando vas a comenzar a comportarte TAN mujer.
-Sigue mirando al techo y controla tus hormonas, ya me empiezas a desesperar.
-Lo haré. Ahora, si no te importa ¿Podrías acercarte más? Un autobús puede caber entre los dos.
-Oh. No me di cuenta. Si bueno... continuemos hablando. Nos queda todo el día.
-Y posiblemente toda la noche- agregaste con voz misteriosa y burlona.
-Ya quisieras.
-Ya quisiera.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Alexander Allen (Parte II)

SEGUNDA PARTE

Si había algo que nunca nos íbamos a olvidar, era la vez en que iniciamos la secundaria. Había un profesor que nos enseñaba matemática a quien todos llamábamos Topo, pues veía excesivamente mal y siempre se confundía al llamarnos. Era bajo, rechoncho y con una cabeza que brillaba por la ausencia del cabello. Tenía un humor de los mil demonios y siempre se metía en nuestras vidas de la manera más sarcástica y odiosa. Una tarde de verano, Topo descubrió que Alex estaba copiándose la tarea de Cristine. Parado, inflando el pecho como un militar, lo miró con desprecio.

-Que no me sorprende que copie, señor Allen- dijo con sorna -Apuesto a que su padre era igual de pillo que usted. De seguro además de copiar, le debió enseñar a "pedir prestado sin permiso".
El padre de Alexander era un ex-político que tuvo problemas por unos asuntos de dinero. Muchos decían que era inocente y otros vociferaban que era un ladrón sinvergüenza.
Alex miró al Topo sin inmutarse y sonrió.


-Mi padre me enseñó de todo, profesor. Y también me enseñó a peinarme, pero creo que alguien como usted no entendería ni de peinarse ni de modales.

En ese momento, una cosa así era lo suficiente como para que te expulsaran de la escuela. El Topo se puso rojo como un tomate y mandó a Alexander a la dirección, donde lo suspendieron por un día. Desde ese día, no había ningún docente que no intentara hacer que Alex se callara, pero él siempre respondía.
En los exámanes se la paraba silbando canciones de cantina o cantando en francés tonadas llenas de vulgaridades que los profesores nunca entendían.
Lo suspendían cada cierto tiempo pero nunca llegaron a expulsarlo. El padre de Alexander tenía demasiada influencia como para eso y además de burlar comentarios y cantar en francés, él no le hacía daño a nadie.
Crecimos y en nuestro penúltimo año en la escuela, Alexander comenzó a faltar mucho. Nadie sabía donde estaba, unos decían que se tiraba la pera, que viajaba al extranjero o que pasaba el día coqueteando con las mocosas de primer año de los colegios vecinos.
Una tarde de verano, regresando de clases, encontramos a Alexander fumando, apoyado en un poste.


Nos enteramos que el hijo del famoso ex-político se había comenzando a juntar con los guapos de los barrios cercanos, quienes le habían enseñado a "fumar y tomar como los machos lo hacen". Le enseñaron a Alexander a bailar salsa y milonga como se hacía en las calles, a fumar cajetillas de cajetillas y comprar botellas de licor barato en una cantina de mala muerte. Le presentaron mujeres fatales, una de ellas se nos fue presentada. Se llamaba Lily, pero nos dijo que la llamáramos Lola.
A los pocos meses Alexander comenzó a juntarse con ella y se corrió el rumor que la había dejado embarazada pero la pilla se las ingenió para perder al bebé.
Sus notas bajaron, pero Alex hacía lo posible para no reprobar ningún curso, cosa que le falló en el tercer bimestre.
Dejamos de escuchar comentarios sobre Lola y el aborto en unas semanas y entonces la flamante noticia era que Alex había comenzado a salir con Ángela.
Desde ese momento, todo pareció mejorar. Él había aceptado comenzar a asistir a una terapia que dejar el cigarro y pronto volvieron las bromas en clase, los partidos de fútbol a la salida y las fiestas en la casa de Pelusso, cuando sus padres estaban de vacaciones. El sol había salido de nuevo en la escuela, ahora que Alex comenzaba a salir del agujero donde casi se ahoga.


El 3 de Octubre, dos días después de haber recibido la aprobación de su terapeuta, Alexander Allen fue atropellado mientras salía del colegio por un conductor ebrio y con el organismo rebalsando en cocaína.
Frente a nuestros propios ojos, la vida de Alex se esfumó en unos segundos.
Su cabello rubio y ensortijado estaba manchado de sangre, su uniforme rasgado y lleno de mugre, marcado por las llantas de aquel auto que lo arrolló completamente.
Fue inmediato.
Murió al momento del impacto. Pronto todo estuvo lleno de ambulancias y medios de comunicación. El señor Allen se quebró en un sollozo desgarrador cuando vio a su hijo tendido en una camilla, con la cabeza reclinada hacia un lado y los ojos cerrados, expresando una triste ausencia en su rostro.
Vimos como le besaba en la frente mientras balbuceaba cosas que no podíamos o no queríamos escuchar.
Nadie fue a la escuela por una semana, ni siquiera los profesores.
Todos asistimos al velorio y al entierro. Ahí nos encontramos incluso con el Topo que lloraba disimuladamente al igual que la directora y otras maestras. Yo no podía hacer otra cosa que soltar lágrimas por la muerte de Alex y tratar de calmar a Ángela que no paraba de llorar. En esos momentos, Pelusso se hayaba con Lucas, intercambiando miradas de amargura y tratando de no llorar cuando vimos el cajón negro decorado de flores blancas, descender hacia el fondo de la tierra.
Ese año nos despedimos de Alexander para siempre. Fue la despedida más triste de nuestras vidas. Las clases se quedaron sin chistes, los exámenes sin canciones en francés y nuestra vida de alumno de secundaria sin el 99% de su habitual brillo que existía gracias a la magia de Alex.
Lo queríamos.
Con sus cigarros, con sus malas palabras, sus intentos por enseñarnos a nosotros, un grupo de chiquillos tiesos y adinerados, a bailar la milonga como se lo enseñaron. Lo teníamos sujeto a nuestras vidas con gruesas cuerdas que se volvieron ceniza cuando aquel auto le pasó encima aquel fatídico 3 de Octubre.
Ahora nos encontrábamos ahí.
Años después del accidente, años después de habernos despedido de la escuela secundaria y del asiento vacío de Alexander que nunca nadie se atrevió a usar.
Pelusso se había casado con Ángela pero si Alex había decidido ir a rehabilitación había sido por ella y su infinito amor hacia el joven. Estaba Cristine que siempre le prestaba la tarea de matemática, de historia, de literatura y de inglés.
Estábamos todos, mirando hacia el vacío o hacia las doradas flores que decoraban la mesa.
Doradas y brillantes como el ensortijado cabello de Alexander.
Lucas soltó un pequeño gemido y le ofrecí mi hombro.
Ahí, todos juntos en aquel salón, lloramos como nunca lo habíamos hecho por la muerte de Alex.
Se que de alguna manera... él nos escuchó.