Puedo escuchar a mis amigas dando su testimonio sobre la violencia doméstica. Una saltó frente a un auto durante una discusión con su mamá para que éste la atropellara pero no funcionó, a la otra la golpeaban de niña hasta que terminara sus tareas y finalmente las siempre existentes experiencias con el San Martinsito.
martes, 27 de octubre de 2009
12:05
Puedo escuchar a mis amigas dando su testimonio sobre la violencia doméstica. Una saltó frente a un auto durante una discusión con su mamá para que éste la atropellara pero no funcionó, a la otra la golpeaban de niña hasta que terminara sus tareas y finalmente las siempre existentes experiencias con el San Martinsito.
jueves, 22 de octubre de 2009
Un Astro Privado
Entrelazo mis dedos con manos que no existen
Marcas
Tratar de no destruir las cosas por primera vez en mi vida.
Praying.Waiting.Believing
A la mañana siguiente todo fue maravillosamente bien.
Solo se que en lo profundo de mí...
domingo, 18 de octubre de 2009
Destino
Estamos los dos, siendo amigos
Te comento sobre lo azul del firmamento
Me hablas de niños y del casamiento
Te miro con un tremendo desconcierto
Me dices que solo hay algo que es cierto
Siempre vamos de distintas cosas a hablar
Yo voy a leer tu vas a jugar
Yo quiero una Susan, tu una María
Y nunca decidimos en que quedaría
Para Navidad un libro me regalaste
Te di una pipa (¡Como me hablaste!)
Tu dijiste "Yo antes fumaba"
Yo respondí con el libro, que francés no hablaba
Nos fuimos a cenar y pediste ensaladas
Me dijiste "Mejores son las que tu preparabas"
Estamos los dos en el mismo camino
Estamos los dos con el mismo destino
Pasar nuestras vidas, juntos
Co nuestras diferencias y exigencias
Recordando siempre, nuestras bellas experiencias
Adiós
Estás lejos.
Sueno abandonada pero no lo estoy.
Mi querida amiga... no temas por mí. Voy a estar bien, siempre has estado segura de ello y has logrado contagiarme la esperanza de mi recuperación.
No me voy a morir... no ahora.
Tu sabes más que nada, las razones por las cuales me estoy deteriorando.
El inocente que me mata y hace crecer mi capacidad de decir que estoy bien. Mi querida amiga... tu sabes que me estoy muriendo. Pero aún no me llega la ultima noche, el dolor es grande.. pero soportable.
Perdóname por todas las tonterías que digo y te asustan. Más que perdonarme, quisiera que me entendieras. Entiéndeme y acógeme. Te imploro un poco de piedad...
¡Piedad!
Toda esta amargura, desatada en una medianoche que jamás voy a olvidar. Con el réquiem sonando en mi cabeza una y otra vez, repitiéndome lo cerca que estoy de morirme... ¡Lo cerca...! Y todo por una inocente razón.
Estúpida en realidad. Pero aún no llega mi golpe final ni mi último réquiem.
Voy a sobrevivir unas horas más. Y querida amiga, luego me voy a desvanecer.
Te haré feliz a tí, a todos de una vez. Dejarán de preocuparse por esta criatura que se ha perdido en su pena... Estás lejos y esta noche, mi amiga, te siento a mi lado.
Me limpias la cara.
Sueno abandonada y quizás lo esté.
Maldita esta noche y al mismo tiempo bendita.
Ya era hora de irme... de todos modos, algún día lo iba a hacer.
sábado, 17 de octubre de 2009
Bolsas De Hielo En El Mar
Máscaras que ocultan ojeras de angustia y soledad.
Máscaras que muestran sonrisas, pasado y amistad.
Hay bufones que andan en el camino, en este mundo, en el próximo que ya llegará.
Bufones que te lanzan escarcha soleada y arrancan sonrisas de lo profundo.
Bufones crueles, que hieren y destruyen tu mundo.
Hay amigos que tienes en la vida, en tu vida, o en la próxima que ya has planeado.
Amigos que te ofrecen una mano
Amigos que no te recuerdan cuando te han abandonado.
Hay noches en un día, en el de hoy o en el de mañana.
Noches que te rodean con luces y sonido
Noches que te tragan en su oscuridad y te recuerdan lo malo que has sido.
Hay personas en la vida, en la mía o en la que tendré
Personas que amas con todo el alma que te queda
Personas que son sonrientes, cariñosas y sinceras.
Personas que no puedes dejar de odiar.
Las que son imposibles de olvidar
Hay cosas en la vida, ya ni sé ni que pensar
Hay cosas como el sentimiento de poder respirar
De levantarte en las mañanas y decir:
"Se que aún puedo continuar"
Barbara Ramos
Ursula: Descansa En Paz
Miró de nuevo hacia el abismo. No…no era un abismo. Solamente eran los autos corriendo de un lado a otro, las personas, como hormigas, recorrían la ciudad. Todo estaba lleno de luces, pero arriba, donde ella estaba solo había oscuridad.
Con el tiempo había perdido el miedo a las alturas, el vértigo ya no se le era tan familiar. Caminó de un lado a otro sin dejar de mirar hacia abajo y un avión pasó encima de la ciudad, el sonido le resonó en los oídos pero lo ignoró. Con las manos en los bolsillos, supo que era el momento de retirarse.
Tenía frío, en las manos y en las piernas pero ignoraba el dolor, con su expresión seria e inexpresiva, con los largos dedos transformándose en hielo.
Mientras bajaba las escaleras del edificio se preguntaba, como las noches anteriores para qué estaba ahí. La razón por la cual había tenido que pasar tantas cosas hasta llegar a donde estaba.
Silenciosa, una sombra, un fantasma.
No le quedaba nadie en el mundo ¿No es así? Sus amigos habían dejado su existencia en el olvido y su familia… ¿Su familia?
¿Cómo todo pudo dar tantas vueltas en su vida? De haber comenzado como un ser humano común tuvo que tener tantos cambios hasta llegar a ser una sombra, un espectro silencioso y siniestro que nadie comprendía ni quería comprender…
Tal vez por ser diferente. "¿Soy diferente?" Solía preguntarse mientras caminaba por las oscuras calles de la ciudad.
Seguro eso era, su diferencia, su forma de pensar tan distinta. Aquella luz que le quedaba dentro de ella había sido opacada por los demás. El dolor de las palabras del resto le habían convertido en lo que era ahora. ¿Qué le quedaba? Pero hasta un ser como ella tenía miedo de la oscuridad, tenía miedo a observarse por las calles vacías caminando, de verse a las tres de la mañana, cuando el aire era dulce vagando entre los espectros que se ocultan en los lugares inesperados.
Ursula tenía miedo de sí misma, de lo que le rodeaba. Y ella sabía que todos tenían la culpa. Aquellos días cuando dejaron de hablarle, cuando sus amigos se fueron, cuando comenzaron las burlas… cuando se terminó su vida como ser humano.
Ursula había comprendido sin ser comprendida y había ayudado sin ser ayudada.
Cuando estaba bajando las escaleras y ya iba a llegar al primer piso levantó la mirada y se miró en el espejo que había en la pared.
Ursula…
Entonces dio media vuelta y subió las escaleras hacia la azotea del edificio nuevamente.
Iba a bajar luego.
Pero esta vez, no usaría las escaleras.
Wonderwall
Y lo que siguió fue una consecutiva ola de hurras, de palabras de alientos y de docenas de gritos agudos de chicas que yo conocía muy bien.
Sonreí al público. Di una dedicatoria, imaginando que no era el auditorio de una escuela si no un estadio lleno de personas. Cumplí mi fantasía de estrella de rock por un día y los aplausos siguieron.
La canción que solo duraba unos minutos se paseó rápidamente entre nuestras voces, los micrófonos, los oídos de las personas y el gran auditorio.
Por un momento me puse a pensar en todos los que estaban ahí, compartiendo el escenario conmigo. Mis amigos los guitarristas que ya mucho habían puesto de su parte para que todo funcionara, aunque al final hubieran flaqueado un poco. El pianista, que demostró ser más responsable de lo que todos creíamos y lograr enseñarnos que sí sabe divertirse. Y como olvidarme de las dos chicas que cantaban junto a mí.
Esta tarde cantamos Wonderwall frente a un público que nunca soñamos ver.
Y mientras todo terminaba con el piano y las guitarras yo seguía pensando en los que estaban ahí conmigo. Que quizás, a lo mejor... había entendido finalmente cómo es tener amigos de verdad.
La canción terminó.
Grité "gracias" y tiré mi boina roja al público.
Entonces, el telón se cerró.
I dont believe that anybody, feels the way I do about you know.
And all the roads we have to walk are winding.
And all the lights that lead us there are blinding.
There are many things that I would like to say to you...
But I don't know how.
I say maybe, you're going to be the one that saves me
And after all....
You are my WONDERWALL.
viernes, 16 de octubre de 2009
Nación Gris
miércoles, 14 de octubre de 2009
Dedicatoria a Vladimir (Vlad)
Esa tarde de verano supe que éramos el uno para el otro. Y honestamente no me equivoqué. Días después de conocernos nos volvimos mejores amigos, hasta el día de hoy, donde siempre está ahí para mi.
Cuando el día llueve y me siento como si Mozart me hubiera golpeado con su Requiem mil veces, Vlad está aquí quitándome la pistola de la mano.
Espacios En Blanco y Rosa
Sí, lo dije.
Perdimos El Camino
En las botellas de las fragancias más deliciosas
¿Quieres un abrazo?
Probablemente sí... debería de dejar de pensar en lo que ocurrió esta tarde en el colegio, debería de meterme en otras cosas más importantes pero no puedo.
lunes, 12 de octubre de 2009
Aclaración Directa
domingo, 11 de octubre de 2009
La Petite Fille Des Tresses
La princesa invisible baja por la escalera
Miro a los niños regresar a casa. Corren hacia los brazos de sus padres y desaparecen por la solitaria calle fuera del colegio.
El cielo rojo y morado por el atardecer, es el único que me acompaña, mientras espero a que mi madre me venga a recoger. Quizás, sea lo único en lo que me igualo con esos niños.
Pastelito De Infancia
sábado, 10 de octubre de 2009
Una Noche En Un Café, 1956
Vi entonces el cuadro de Frank Sinatra en la pared, sonriendo carismático ¡Sinatra! ¡Un hombre tan encantador! ¡Pero que traía tantos recuerdos!
Llegó mi orden, casi me quemo cuando di el primer sorbo. Y la canción de Nat King Cole tuvo el mismo efecto en mí que las demás noches.
Fascinación.
Con eso comenzó una gran aventura. Inolvidable pero mortal. ¡Tan conmovedora! Fue algo tan fugaz y repentino que llegó sin siquiera pedir permiso, fue lo que me llevó a regresar con el corazón vacío, pero el tiempo cambió las cosas.
Sí que lo hizo.
Otro sorbo y unas nubes movedizas, taparon la luna por unos momentos. Interiormente, le rogué que no se ocultara.
Pero esa fascinación se convirtió en amor. Tal como lo dice la canción. Y lo demás es historia.
Anécdotas que no quiero recordar, pero a veces es inevitable. El camarero se acercó a preguntarme si me pasaba algo. ¿Era tan evidente que me estaba comenzando a decaer por aquellos recuerdos? Respondí que no.
-Otro café por favor.
En mi mente pensé que lo mejor sería vino para ahogar los recuerdos. Pero me negué. No es momento de embriagarse. Yo lo enfrento, a pesar del dolor. Si.
La radio se alteró. Louis Amstrong llegaba con Casablanca. ¡Jamás había visto la película! ¡Una verdadera desgracia!
Me hubiera encantado que fueras a recogerme un viernes por la noche. Haberme ofrecido a pagar el taxi y que me detuvieras porque así es. En el camino hablaríamos del clima, trivialidades y acerca de nuestra semana.
Entraríamos al cine y en la oscuridad nos cruzaríamos una que otra palabra mientras las imágenes en blanco y negro pasaban. Casablanca, dirigida por Michael Curtiz.
"Gran director y grandes actores" Pudo haber sido tu comentario más largo durante la película. Finalmente yo saldría, tratando que no notes que la película me movió y ahora estoy llorando de pura emoción.
Esta vez yo pagaría el taxi solo porque me harté de hacerte gastar en mí. Nos despediríamos como amigos, compañeros de trabajo, desconocidos. Nada cercano, nada emotivo. Solo una despedida en la que me pongo a temblar. Y mientras desapareces en el mismo taxi en el cual llegamos yo me sonrío. Tomo el ascensor y el portero me mira con complicidad.
Un viernes por la noche de 1956. El viernes más especial de todo el año.
Desperté con la taza en la mano. Todo había sido producto de mi mente, como todas las noches en aquel café. Sinatra sonreía en un cuadro cerca de mi mesa y Louis seguía cantando. Al parecer alguien había pedido que repitieran la canción. ¿O solo me dormí 15 segundos?
Y escuché lo que el señor Amstrong me decía desde aquel parlante.
Tantos besos debajo de la luz de la luna, en amaneceres y atardeceres. Toda es siempre la misma historia, una lucha de amor y gloria.
Basta.
Aquel hombre parecía cantar solo para mí esa noche. Con todas las intenciones de hacerme morir de recuerdos y cafés que ya no quería tomar.
Me puse de pie, dejando la taza medio llena, el cuadro de Sinatra al lado de mi mesa y a la radio prendida, ahora produciendo Blue Moon de Dean Martin. Me puse el abrigo y salí de aquel lugar.
No estabas afuera, no estabas en ningún lado. Mientras caminaba de nuevo al apartamento donde jamás llegaste recogerme, sin darme cuenta, comencé a llorar. Lágrimas que no eran por el trabajo de Michael Curtiz. Era un llanto silencioso con una sonrisa no correspondiente en mi rostro, una confusión de sentimientos.
Lloro por los recuerdos de esa noche. Al parecer la luna hizo que fueran más fuertes. Hoy es viernes, un viernes de 1956.
Hace frío. Son las diez en punto.
Yo vuelvo a casa, llorando pero satisfecha.
Es suficiente por una noche.
Arturo Zambo Cavero, te quedas hasta el fin
Y las guitarras dejen de hablar
Y el cajón tome su propio rumbo